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Lyon es un destino que parece de segundo nivel en Francia -minusvalorado, si se quiere decir de otra manera-, aunque interesante para un fin de semana y desde ciertos puntos de vista, como el gastronómico o el arquitectónico. Suena a ciudad de paso, industrial, centro de comercio, pero por ejemplo, esa industria y comercio, desde la Edad Media, han ido dejando un curioso e interesante -en mi opinión- legado arquitectónico. No recuerdo mucho de la historia, pero es de fundación romana y tuvo una gran importancia durante el Renacimiento como centro comercial, en especial en lo textil. Un fin de semana, como propuesta, podría ser algo así: Allí hay que comer carne. No es obligatorio, pero muchos de los platos típicos son contundentes y relacionados con el cerdo. Evidentemente, la oferta es enorme, de todo tipo, y con un montón de 'estrellados' Michelin, el más ilustre de los cuales es Paul Bocuse, que tiene su restaurante en un pueblo cercano a la ciudad. |
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