¿Por qué la líneas aéreas están cada vez menos al servicio del pasajero?

¿Por qué hay tantos líos, tantas equivocaciones, tantas malas gestiones, tanto mal hacer por parte de las líneas aéreas? ¿Por qué nos causan tantos dolores de cabeza? ¿Por qué nos amargan tantos viajes que destinamos a pasarlo bien y relajarnos? ¿Por qué cada vez se nos quitan más las ganas de coger un avión sólo de pensar en la pesadilla de comprar los billetes online, en la cantidad de jeroglíficos que te entorpecen el proceso para que termines comprando lo que quieren las compañías aéreas en vez de lo que quieres tú? ¿Por qué tantas veces, un procedimiento sencillo de pago con tarjeta de débito y que no supone coste adicional, se convierte en algo engorroso y la tarjeta "por arte de magia" pasa a ser tarjeta de crédito, añadiendo al coste de tu billete el incremento correspondiente? ¿Por qué de repente, sin comerlo ni beberlo, quieres volar a las 20:00 h y tienes un billete para las 13:00 h? ¿Por qué te has molestado en hacer la maleta si al final te pasas la semana sin ella? ¿Por qué nadie te da una explicación a tus quejas? ¿Por qué no hay números de teléfono gratuitos a los que dirigirse? ¿Por qué no dedican presupuesto a la atención al cliente? ¿Por qué nos tratan como si pudiesen prescindir de nosotros? ¿Por qué pueden? Porque, ¿pueden?. Parece que sí. Que pueden. Y ahí está la respuesta a todos estos porqués que no son más que unos poquitos de un sinfín.